13 años de Dreamcast
Hoy se cumplen trece años del lanzamiento de una de las consolas más ambiciosas jamás creadas, y que supuso la contradicción entre un avance significativo en el sector y el fracaso en un mercado en donde no pudo hacerse un hueco. Hablamos de Dreamcast, la apuesta de Sega por rivalizar con la exitosa PlayStation de Sony y por vencer definitivamente en la magnífica rivalidad que mantenía, desde el comienzo de los tiempos de los videojuegos, con Nintendo.
La rivalidad Sega – Nintendo
Porque el enfrentamiento entre las compañías niponas Nintendo y Sega fue algo inolvidable y a muchísimos niveles: sólo hay que recordar el cara a cara entre NES y Master System, SNES y Mega Drive o Game Boy y Game Gear. Durante aquellos años, los aficionados a los videojuegos eran de Sega o de Nintendo de la misma manera que hoy eres de PlayStation o de Xbox. Pero esta pugna se quebró a partir de la generación de los 32 bits: Sony irrumpió en el mercado con PlayStation, todo un éxito de ventas, y la respuesta de Sega, Saturn, no obtuvo el éxito que se esperaba. Para más inri, Nintendo apostaba por darle una vuelta de tuerca más a la generación de consolas y lanzó Nintendo 64, que doblaba en potencia los bits de sus competidoras. Está claro que la tercera en discordia fue Sega y por ello hizo todos sus esfuerzos en desarrollar la consola más potente, la que significaría un paso más, dado que Saturn era incapaz de despegar en ventas.
La videoconsola más ambiciosa hasta la fecha
Era Dreamcast, la primera de la conocida como sexta generación de consolas (Dreamcast, PlayStation 2 y Nintendo Game Cube, y posteriormente la Xbox de Microsoft), y llegaba a través de la colaboración de Sega con Microsoft (creando su sistema operativo) precisamente como una respuesta a la colaboración de Sony con Nintendo, donde ésta estuvo colaborando con Sony en un lector de CD para SNES que acabaría convirtiéndose en PlayStation. Pero lo que Dreamcast significaba iba mucho más allá de lo que antes se conocía; Sega no escatimó recursos a la hora de darle forma a su Dreamcast, con el hardware más potente hasta la fecha y con un catálogo de títulos muy numeroso, así como con importantes innovaciones que marcarían el futuro de los videojuegos.
Sus principales características eran su potente procesador Hitachi, su lector GD-ROM («Giga Disk», de 1.2GB de almacenamiento) y el módem integrado para jugar online, siendo la primera videoconsola en desarrollar este concepto. A través del mismo, Sega sentó las bases del juego on-line que conocemos a día de hoy. Cuando el resto de la competencia aún comenzaba a pensar en integrar un módem en sus productos, DreamCast ya unía a personas de todo el mundo mediante internet.
Dreamcast fue lanzada en Japón tal día como hoy, el 27 de noviembre de 1998. El 9 de septiembre de 1999 se estrenó en Estados Unidos y el 14 de octubre en Europa. Sus ventas fueron exitosas e inmediatas, y en ningún momento se pudo pensar en su rápido debacle. ¿Cual fue, en efecto, la causa por la que Dreamcast dejase de fabricarse sólo tres años después?
La dura competencia de Sony
La respuesta es PlayStation 2. Ya en abril de 1999, aún cuando Dreamcast no había dado el salto fuera de Japón, Sony anunció el desarrollo de su nueva consola y ya fue suficiente para desviar la gran atención que tenía Sega. El lanzamiento de PS2 no fue hasta marzo de 2000 en Japón, y el 26 de octubre de 2000 en los Estados Unidos. Hasta entonces, las ventas de Dreamcast, como decíamos, habían sido muy buenas, situándose incluso por encima de Nintendo 64. Pero tras el lanzamiento de la 128 bits de Sony, el público nipón dio la espalda a Dreamcast. Aunque las ventas no decrecieron en exceso fuera de Japón, Sega ya había perdido, definitivamente, toda cuota de mercado en el país que vio nacer su consola.
Desarrolladores como Electronic Arts dieron la espalda a Sega y auparon PlayStation 2, cuyo sistema óptico, el DVD, se descubrió también como el nuevo estándar de vídeo. Sega no pudo aguantar mucho en esta posición; tras fuertes problemas económicos y cayendo en picado las ventas de su apuesta más arriesgada (logró vender más de 10 millones de consolas en lapso de tiempo más que aceptable), decidió dejar de fabricar Dreamcast a comienzos de 2001, dedicándose en exclusiva al desarrollo de software y la producción de arcades.
El legado de Dreamcast
Fue la muerte de la consola que sentó los cimientos del sector como hoy en día lo conocemos. Porque Sega Dreamcast es la base de la actual generación de consolas, con PS3 y Xbox 360 a la cabeza. Fue una consola que, hace más de diez años, apostaba por un modo de entretenimiento que hoy está completamente implementado en los videojuegos actuales. Quizá por esta razón, por adelantarse a su tiempo, Dreamcast no fue valorada suficientemente por las compañías, y ello propició su caída. Aun así, y como quizá ocurra con los artistas que fallecen jóvenes y en la cima de su plenitud, Dreamcast murió para dejar paso a la leyenda.