¿Qué es el Object Storage y por qué las empresas lo necesitan?

15 Sep 2025

No se puede dudar, las empresas están plenamente sumergidas en la era de los datos, quién posea cantidades de ellos y que sean de calidad, encontrará muchas más oportunidades de progresar en el mercado en el que operan. En este sentido, el almacenamiento de la información, por tanto, se ha vuelto necesario, fundamental, crítico.

Ya sean startups tecnológicas de reciente creación o grandes corporaciones, la demanda de soluciones de almacenamiento escalables, seguras y eficientes no para de crecer, con un gran sentido de urgencia. Afortunadamente, el Object Storage, la arquitectura que ha revolucionado el sector, ha llegado para solucionar estos problemas.

Entender el almacenamiento de forma diferente

De forma general, el block storage (almacenamiento en bloques) y el file storage (almacenamiento en archivos) han sido los dos modelos fundamentales para el almacenamiento digital. El primero de ellos busca dividir los datos en bloques individuales con identificadores únicos, usado para bases de datos o sistemas de archivos transaccionales. El segundo organiza los datos en una jerarquía de carpetas, más familiar para el usuario promedio, pero muy limitado cuando se trata de escalar.

En cambio, el Object Storage almacena los datos como objetos completos junto con metadatos personalizables y un identificador único.  En este caso no existen carpetas ni se dan estructuras jerárquicas. Se trata de un modelo que permite almacenar archivos masivos (imágenes, vídeos, registros de sensores, etc.) con una alta disponibilidad y sin necesidad de reestructurar el sistema a medida que crece la información. Por eso es ideal para backups, archivos multimedia, IoT, Big Data y desarrollo cloud-native.

¿Por qué cada vez más empresas apuestan por el Object Storage?

Gracias a su flexibilidad, económia y ser altamente escalable, este modelo es todo un éxito. Es especialmente útil para aquellas empresas que tienen que lidiar con grandes volúmenes de información (plataformas de vídeo, servicios de streaming, empresas de análisis de datos o proveedores de servicios en la nube), puesto que obtienen en este tipo de almacenamiento una solución que crece con ellas.

Valga como ejemplo OVHcloud, uno de los proveedores europeos más destacados en servicios cloud. Su precio no tiene competencia; ofrece su servicio de Object Storage desde 0,01 €/GB/mes, con tráfico saliente incluido hasta 1 TB. Una propuesta que compite directamente con gigantes como AWS (con S3 a partir de 0,023 $/GB/mes) o Google Cloud Storage (desde 0,020 $/GB/mes), teniendo, además, la ventaja de cumplir estrictamente con el RGPD, puesto que cuenta con centros de datos en Europa.

OVH apuesta por una arquitectura robusta basada en la tecnología Ceph (plataforma de almacenamiento distribuido open source que permite escalar de forma ilimitada y unificar el almacenamiento de objetos, bloques y archivos en una única solución altamente disponible, tolerante a fallos y sin puntos únicos de fallo), con replicación de datos entre múltiples zonas y cifrado de extremo a extremo, lo que garantiza una alta disponibilidad y seguridad incluso en los entornos más exigentes.

Elegir un proveedor de Object Storage eficiente

Al momento de decidir qué solución adoptar, conviene tener en cuenta varios factores clave:

  • Escalabilidad: ¿El servicio permite crecer sin límites ni reestructuraciones?
  • Precio real: ¿Incluye el tráfico de salida o hay costes ocultos?
  • Ubicación de los datos: ¿Los servidores están en la UE? Esto es fundamental para el cumplimiento normativo.
  • Compatibilidad con S3: Muchos servicios (CMS, plugins, software de backup) funcionan con el estándar Amazon S3. OVHcloud, por ejemplo, lo soporta plenamente.
  • Seguridad: Verifica si se ofrece cifrado en reposo y en tránsito, y control de accesos por roles.

No todos los negocios necesitan la misma infraestructura. Sin embargo, un servicio como el de OVH se adapta perfectamente al crecimiento digital sin hipotecar recursos. Y lo hace sin renunciar al control sobre los datos y respetando la soberanía digital, algo cada vez más valorado en un contexto de creciente regulación tecnológica.