La presentación de Samsung Galaxy S III dejó boquiabiertos a los fanáticos de Android. El diseño y la potencia del smartphone fueron sus cualidades más destacadas, convirtiéndolo en el dispositivo más exitoso de la compañía coreana. Pero, en algún momento, los asiáticos pensaron que era una buena idea lanzar una versión “Mini”.
Esa intención se convirtió en una realidad con el lanzamiento de Galaxy S III Mini, realizado ayer por la tarde. El teléfono puede ser calificado con una sola palabra: Innecesario. Como era de imaginarse, el nuevo móvil inteligente de Samsung presenta un importante recorte de hardware en comparación con su “hermano mayor”.
Las principales diferencias entre Galaxy S III y la versión Mini son claramente visibles en varios puntos: pantalla, procesador, cámaras, conectividad, almacenamiento y capacidad energética. El nuevo modelo es sólo uno más en el catálogo de gama media de la firma coreana. El hardware no es malo, al contrario, pero hubiese sido mejor aprovechado en otro dispositivo no relacionado al móvil de bandera de Samsung.