¿Creciste en los 80s o 90s? 5 lecciones de vida que aprendimos de las consolas retro

6 Jun 2018

Dicen que todo tiempo pasado fue mejor y, si bien los niños de hoy no se imaginan una existencia sin smartphones y se espantan cuando escuchan la tecnología “Cavernícola” de hace veinte o treinta años, no saben que era mejor que la actual.

Un Atari es superior a la última PlayStation o XBox. Si creciste en los ochentas o noventas, las consolas retro no solo fueron tus compañeras de juego, sino que excelentes maestras que nos enseñaron lecciones de vida invaluables.

Por supuesto que al ver consolas más “modernas” al inicio del siglo XXI nos cuestionamos el valor de las antiguas e incluso queremos probarlas mediante emuladores para NDS en MyEmulatorOnline, hay que destacar estas 5 lecciones de vida que nos dejaron las consolas retro.

1. Aprendimos a afrontar la frustración

Los Atari eran una maravilla, pero debías esperar hasta media hora para cargar un juego a través de un casete y, cuando apenas faltaban unos minutos el proceso fallaba obligando a empezar de nuevo.

En el momento nos enojábamos, pero aprendimos rápidamente a controlar esa frustración y aceptar que las cosas no siempre resultan como queremos y merecen una segunda oportunidad.

2. Las gráficas pixeladas ayudaron a desarrollar nuestra imaginación

Hoy las gráficas de los juegos de Nintendo o Súper Nintendo harían pensar que hay algún fallo en la tarjeta de vídeo de la consola o la TV a la que está conectada, pero esa apariencia pixelada de los juegos retro nos enseñó a completar esas imagenes imperfectas con nuestra imaginación.

No tener gráficas espectaculares no era un problema, ya que en nuestra imaginación Mario o Donkey Kong se veían de maravilla. No por nada nos emocionamos cuando los volvemos a disfrutar en emuladores.

3. La paciencia valía la pena

Volviendo a los Atari, el esperar para se cargue un juego nos hizo entender que tener paciencia vale la pena, aprendiendo a utilizar ese tiempo que hoy volvería loco a cualquier niño, en actividades offline propias de la edad.

4. Las baterías de las consolas portátiles eran sagradas

Si eres de los suertudos que tuvo un GameBoy y sus versiones posteriores, sabías que si se te agotaban las pilas tendrías que rogarles a tus padres que te comprarán nuevas y no eran nada económicas, por lo que debías hacerlas durar lo más posible.

El racionar el uso de nuestras consolas portátiles, fue una excelente lección de economía sobre cómo los recursos no son infinitos, aprendiendo a intercalar actividades de diferentes tipos para asegurarte de no quedarte sin pilas en medio de un largo viaje en automóvil (los aviones eran muy caros en esa época).

5. Fuimos educados desde corta edad sobre las ventajas del diseño ergonómico

Los joystick de los Atari eran horrorosamente incomodos y si eras un jugador activo probablemente te provocaron una herida en la mano o dolor en los tendones. Las consolas avanzaron, pero los controladores de las NES o SNES tampoco eran muy amigables con la forma y funcionamiento de las manos.

Del dolor se aprende y hoy celebramos cuando un producto tecnológico está diseñado para darnos la mayor comodidad posible. Probablemente quienes los diseñaron, tomaron una lección de las consolas retro salvando a una nueva generación de niños y adolescentes del dolor en sus manos tras disfrutar de un juego.


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